14 de junio de 2010

el semblante


Durante buena parte del partido entre Ghana y Serbia estuve pensando en el técnico del equipo africano, Milovan Rajevac. Cuando la cámara se detuvo en él por primera vez, el narrador dijo que Rajevac es Serbio, cosa que a mí se me había escapado.
En el fútbol de selecciones, no es raro que algún técnico importado termine enfrentándose a su país de origen, pero el semblante que apareció en la pantalla no era el de un experto del mundo globalizado sino el de un hombre compungido y derrotado.
Lo mostraron no sé cuántas veces, y siempre se veía igual, como si en lugar de estar mirando el partido, estuviera diciéndose sin parar, "Que me hubiera tocado en suerte jugar el primer partido de mi primer mundial contra Serbia... Que me hubiera tocado jugar el primer partido de mi primer mundial contra Serbia... Que me hubiera tocado..."
Pensé que podía ser una pose, la de un profesional que sabe de cámaras y se pone la máscara que le conviene en el momento indicado. Porque está claro que estos técnicos tienen que manejar muchos intereses en un mundial. Pero no pude olvidar del todo mi primera impresión.
Tan pronto el árbitro pitó el final del partido, la cámara volvió a poncharlo. Un jugador y un colega del cuerpo técnico de Ghana saltaron a abrazarlo, pero él se deshizo de cada uno con un empujón odioso y se alejó. Parece ser que más tarde habló del buen juego de Serbia y de la suerte que había tenido Ghana, que ganó 1 a 0.

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