11 de julio de 2010

final de hollywood


En el minuto 22, la Fuerza del Mal hace un guiño a Mark van Bommel, uno de sus agentes más fieles. Van Bommel acepta la misión, acabar con el juego bonito, y se desliza y clava un patadón furibundo a Xavi. En menos de cinco minutos su compinche Nigel de Jong hace una voladora de karate contra Xabi Alonso, y el partido se interna definitivamente en el subsuelo.
Los buenos españoles, aunque están a punto de morir en dos oportunidades, no se rinden. Buscan un espacio, el camino que los lleve a la luz, y cuando van a los descansos —el del medio tiempo, el del final de los 90 minutos y el del final del primer tiempo extra— se los puede ver dándose ánimos y se adivina que alguien les ha dicho que no se entreguen, que no todo está perdido, que busquen la fuerza que tienen dentro de sí, etcétera.
Los padecimientos son muchos, pero en el minuto 116, por fin, cuando ya casi todo está perdido, surge Andrés Iniesta, el héroe inocente, el del corazón puro, y salva el juego bonito con un gol de campeonato.
España 1 - Holanda 0.

10 de julio de 2010

forlán


El partido por el tercer puesto es sana diversión asegurada. Es una invitación a un asado en la casa de los vecinos el primero de enero por la tarde.
Hoy dieron cinco goles y, con el pitazo final, un tiro libre de Forlán al travesaño.

8 de julio de 2010

avances tecnológicos


Llevo todo el Mundial protestando por la repetición en la tele de las jugadas de fuera de lugar. En pocas palabras, pienso que el análisis televisivo que se ofrece, con una imagen congelada y una franja sombreada para mostrar la zona del fuera de lugar, es un artificio engañoso. Ahí no está la verdad.
Se entiende que la intención es presentar el instante en que el balón se desprende del pie de quien hace el pase, pero por lo visto en este Mundial, los productores tienden a escoger un instante que ni Supermán podría ver cuando el balón está en juego. Mucho menos los muy terrenales jueces de línea. Creo que sería más fiel a la realidad (a lo que se percibe en el partido) si escogieran, en la cabina de edición, dos cuadros posteriores o tres o cinco.
Tampoco me gusta el ángulo de la toma. Creo que los televidentes deberíamos ver, en la repetición, lo que los jueces de línea ven. La toma debería ser lo más cercana a la perspectiva de los jueces. Entonces sí estaríamos hablando de avances tecnológicos porque estaríamos todos más cerca de la cancha. Lo que hay ahora nos aleja del fútbol que se vive en la cancha.

7 de julio de 2010

la jabulani por xavi


Por fin algo sobre la Jabulani, la controvertida pelota de este Mundial. Aquí está Xavi, dándole casi una patada final en una entrevista concedida a Luis Martín de El País.

Luis Martín: La sensación es que la pelota no ayuda.
Xavi: No va muy bien, hace extraños, no coge la rosca, no tiene carne. Llevo todo el Mundial pensando: "Este pase era bueno". Pero, ¡fiuuu!, se va. Y dices: "¿Qué pasa?". Es mucho peor trenzar jugadas. Cada control se va arriba. El otro día pegué a puerta, pero yo quería controlar y pasar. No pude. Se levantó y le pegué... Le buscas la rosca, hace ¡fiuuu! y se va. Es un desastre. Pero el problema supongo que no lo tengo yo solo. Lo tienen muchos, así que me toca adaptarme...

Toda la entrevista se puede leer aquí.

Y ya entrado en gastos con el maestro, habrá que poner por escrito lo que he venido diciendo todo el mes: que Ronaldo podrá ser rimbombante y Messi podrá ser genial y Robben podrá ser eléctrico, pero Xavi hace que el tiempo se detenga.

3 de julio de 2010

alguien, algo


El viernes pasado, Ghana atacaba como un equipo grande al final del segundo tiempo extra. Tenía a Uruguay metido en su área con una demostración brillante de técnica y fortaleza física, y consiguió que la última jugada fuera un tiro libre a su favor.
El penalti que resultó de ese tiro libre, por la mano de Luis Suárez en la raya, ya está siendo discutido desde todos los ángulos imaginables, pero lo que yo no logro entender es cómo hizo el árbitro portugués Olegario Benquerenca para que se cobrara tan rápidamente.
Un penalti en el último segundo de un partido de cuartos de final empatado a uno, más la expulsión de uno de los mejores delanteros del torneo, tendría que dar para varios minutos de desorden.
No fue así. En un dos por tres, Suárez salió de la cancha, los equipos se organizaron fuera del área y Asamoah Gyan y Fernando Muslera se ubicaron en donde les correspondía.
Nunca se había visto eficiencia igual, y por desgracia, a nadie se le ocurrió proteger a Gyan.
Los últimos minutos de Ghana habían sido tan fantásticos, tan fuera de serie, que todos los jugadores estarían volando seguramente. Alguien de ese equipo tendría que haberse tirado al suelo con un calambre o haber visto una cámara enloquecida detrás del arco o haberle preguntado al árbitro alguna estupidez, no sé, cualquier cosa con tal de enfriar un poco la cabeza de Gyan.
Medio minuto habría bastado. El penalti se habría convertido en gol, el mejor de los dos equipos habría ganado y nadie estaría discutiendo hoy acerca de la ética deportiva de Suárez.
Ghana salió por no recurrir al teatro cuando había que hacerlo.